viernes, 14 de marzo de 2014

Sin domesticar

Vivir sin prender el televisor - el lema de hoy-. Y se vive tan bien, sólo música en la computadora, mates, libros, mucha ficción. Lobotomía del mundo en gran escala. Superficie borrosa que es nuestra casa cuando, mientras afuera llueve y hay mucho viento, uno se mueve al ritmo de la guitarra de Nick Drake.
Día fuera del tiempo, extasiado de tranquilidad. Esta ciudad es maravillosa,en los días de lluvia todo se frena en un microsegundo de alegría hogareña.
Y más allá, todas las lecturas del día: leer sin parar, moverse entre libros e ideas. Generar pactos con autores de otros tiempos. Volverse perro, mosquito, demonio, algo inhumano.
Las palabras nos abren a mundos tan significativos.... Va más allá de cualquier cosa. "Para que la piedra sea más piedra es necesario el arte" -cito a un ruso de memoria-.
Y ver tus ojos en los míos al final del día. Dejar pocas luces prendidas para que la luminosidad acompañe el ritmo suave de la música y flotar en nuestras computadoras: virtualidad de videojuegos, palabras, sin- sentidos, improductivos, ociosos.....
Nosotros nacimos para producir - siempre- un gasto improductivo. No nos organizamos porque vivimos como podemos, como lo hacemos, a tientas en la oscuridad pero con nuestras luces prendidas. No nacimos para lo normal. Somos brujos, hechiceros, cocineros, comadronas... 
Nos volvemos miles en el día, somos una colonia de infinitos organismos mínimos, que se cuentan sus anécdotas del día, sus sentimientos, mientras nos acariciamos las manos tiernamente.
Somos dos, tres, muchos.... No nos domesticamos ni en la maquinaría del Estado ni en el ejercito ni en la política ni en los medios masivos de comunicación. Siempre nuestra mirada se mueve más allá del horizonte: en la multiplicidad de posibilidades.

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