martes, 29 de noviembre de 2011

El tigre

Baja el sol. Estas leyendo un libro de crónicas de viaje. Yo leo los diarios de Joe Orton. No nacimos para los géneros mayores. Tomamos mates. En el río pasan lanchas y canoas. Queda una sola pepitos y ninguno de los dos se atreve a comerla.
Llegamos a las tres de la tarde en la interisleña. La mochila mía pesaba mucho. El señor que nos presentó el lugar dijo que era el dueño, tenía bigote y parecía esas personas que quieren todo en orden. A mí, hijo menor, dirías vos ¿orden? Nos despertamos a las once de la mañana queriendo levantarnos a las ocho. La cama se hace linda con vos y mi sueño.
A las cuatro de la tarde estabamos armando la carpa. Vos ibas tranquilo, paciente. Una belleza verte tan de camping. Yo me saqué las zapatillas y al toque me puse las chancletas. Vos dijiste "yo también me voy a cambiar". Te pusiste el short y las ojotas.
(Enfrente mio ahora una chica hace malabares con unos pinos)
Nos metimos al río. Refrescamos la tarde. Vos me mirabas, me decías "te amo" y yo te creía. Leímos, escribimos y tomamos mates. Tu mantita verde es como nuestro pequeño mundo de minivacaciones. Las lanchas pasan. "Son otros los que tendrían que tener baja la autoestima" me dijiste ayer antes de dormirnos.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Sueño

Estaba internado. Te veía a vos, tenías como 50 años y estabamos juntos, vos sentado al lado mío. Al lado, dos hijos: un varón y una mujer de alrededor de 18 años. El varón era flaco y alto, parecido a vos, pero de piel blanca. La chica tenía un flequillo hermoso. Miraban al piso, sabían lo que podría pasar. Vos me agarrabas de la mano y me mirabas con una energía vital increíble, tenías fuerzas. Yo miraba de manera protectora a los chicos. Los chicos me abrazan y salen. Nos quedamos los dos solos. De tu mochila, la misma que tenes ahora, sacabas un libro, creo que era "En busca del tiempo perdido" de Marcel Proust. Lo leías pausadamente, cada palabra en su lugar. lo leías y me mirabas, yo me dejaba ir, como un nene que su mamá le cuenta un cuento, me dejaba estar, ensoñar. De a poco cerraba los ojos y te decía "qué maravilla, qué maravilla". Me moría. Vos cerrabas el libro lentamente, me tocabas y te apoyabas en el hombro, como lo haces a veces, llorabas tranquilo. Hiciste todo lo que necesitaba.

martes, 15 de noviembre de 2011

De trinchera

Ya no es amor a primera vista ni nada de eso. Lo sabemos.

Para construir hay que dialogar hasta el cansancio o hasta que el rumor de nuestras palabras edifique algo.

Edificar. Construir un espacio donde los dos nos soldemos.

Ya no es amor de ese que revienta, es amor hablado, de lucha, de trinchera.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Frutillas

Te leo y como frutillas. Te leo atento y no sé... es eso. Te entiendo, en lo mínimo te entiendo. Ayer te dormiste tarde y sé que no voy a ser astronauta. Miro tus palabras y tus vectores. Yo también a veces soy una enredadera pero hoy estoy llano para ausentarme y dejarte decir a vos, lo que quieras, lo que sientas.

Tengo esto en la sangre que no se saca. Vos te reís. Te parece trash. Yo soy basura en manos tuyas. Lo entiendo. Me encantaría ser diferente.

Me despedis insulso. Esto no es como la frutilla que como.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Eso sucede

Sucede que te amo... es increíble decir esto, oler tus sábanas en este miércoles feriado para mí. Sucede que me emociona que me despiertes a las dos de la mañana buscando un beso.

El día está tibio y tu amor se siente como una pluma que me recorre todo el cuerpo.

Miro nuestro tiempo con ternura, te guardo en un cofrecito de oro, te busco hasta en el silencio. Sos un espectáculo maravilloso para mis ojos, el mejor espectáculo.

Los ruidos de los colectivos no me importan, tu sonrisa importa.

Construimos juntos un mundo a nuestra medida, con nuestros sueños y nuestras realidades. Te toco y me siento obnubilado. Es aire lo que me das, somos del viento.

Abrazame en el barrio.