martes, 30 de diciembre de 2014

Deconstrucción del soneto




Sustancioso es el viento del sur
que me atrae a tu mente
-a veces, como una tormenta de arena
en el desierto atroz y cruel-

Es el tiempo que se declara ausente,
libre de toda sagacidad,
en estado de conexión constante
con el momento más puro de uno.

- momento de reconocimiento
y distracción de nuestra
circunstancialidad austera-

así armamos lo que está
desarticulado
- rearmando todo en su lugar-

lunes, 29 de diciembre de 2014

Deleuze: imaginación y risa


"Sus uñas son las de un duende" dije alguna vez.
Deleuze es el grande que genera el gran quiebre. Ese quiebre es el mismo que generó Nietzsche para el siglo XX. Deleuze es al siglo XXI, lo que Nietzsche es al siglo XX.
Y siempre es la misma fórmula: la fisura en el sistema. El no estar adentro de él para nada. Estar afuera, exiliado de todo lo sistemático, generar vías de escape.
Deleuze, desde la imaginación y la risa, nos hizo participar de  un verdadero recorrido de lo imaginario, transfigurarse de la forma que sea.
Algo así decía: todo lo imaginario tiene constitución de corporeidades, de figuras concretas en lo real.
Aplano los planos, los reconfiguro. si uno imagina una ciudad, la está creando en lo real porque el mapa reconfigura el territorio.
Y ahí apareció Google maps, Street view, para crear un verdadero mapa de lo real.
Y todo se reconfiguro de nuevo.
Deleuze sabía que lo imaginario iba a llegar a ser alguna vez en la vida el verdadero territorio.

sábado, 20 de diciembre de 2014

La memoria y Luján





I.
La mirada siempre delimita
el espacio de lo perceptible.

¿Quiénes son
los que quedan
afuera de nuestro horizonte?
¿Quiénes son
esos que se nos escapan?

Seguís mirando con la misma lente.
Querés cambiar el mate
y la pava sigue en el fuego.

Ahí  sacás teoremas ortodoxos,
demasiadas precisiones
sobre lo humano.

¿Acaso ellos se merecen eso?
¿O simplemente la indiferencia?

Me llamaste, me dijiste que estabas
cuando días atrás
me estabas crucificando
frente a los súbditos del Rey.

Se inundó
decís
como cuando el niño
después de la travesura
dice
se rompió el jarrón.

Nos inundaron
te respondo,
y es político.

Los que ni siquiera
se pueden mencionar
porque ya no están,
no están ni vivos ni muertos,
te responden en conjunto.

Ayer vi un pibe que comía del basural
y eso también es poesía,
como una sifilítica,
un sidoso,
una marica,
 un bolita,
una trava,
un loco
o un paragua.

Todos ellos también son la poesía.

¿Qué argumentos vas a buscar ahora?
Los de afuera llegamos al centro,
los que nunca tuvimos saliva ni aliento
ahora declamamos una gran poesía
política y revolucionaria
para tus oídos tan
occidentales y cristianos.

Frente a la bonaerense
te paras a declamar
como un Hitler de goma eva
y ni una palabra
ni una palabra
a esos otros.

Seguís siendo un muerto en vida
un zombie come esperanzas.







II.
Ahí vienen,
Los veo,
desde el afuera
van llegando.

Las caras curtidas
por el sol,
las manos astilladas,
la ropa gris,
las botamangas mojadas
con olor a río.

Los veo caminar por el Acceso Oeste
hasta el centro,
llevan los puños cerrados
de bronca.

Caminan en silencio
y la llovizna aún les golpea en la cara.

Perdieron lo poco que tenían,
¿qué más se puede perder?


III.

Si tenés miedo,
comprate un perro
decían siempre mis estudiantes.

Lo decían mientras paleábamos mierda
en una chanchería.

Recuerdos de un Makarenko joven que fui.

Enseñaba paleando mierda.

Si tenés miedo,
comprate un perro
y por sobre todas las cosas
no perdones genocidas.

sábado, 6 de diciembre de 2014

Que a nadie le interesa demasiado








A veces no se qué escribir. Pienso decir algo importante pero no me sale nada. Así voy pensando y repensando lo que digo y al final quedo en un vacío. No se por qué mis dedos empujan las teclas del teclado hoy, tampoco me interesa saberlo. Son las cuatro y media de la mañana y no tengo sueño. Es sólo como un letargo constante, una suspensión momentánea del tiempo. No se..... No se cómo decirlo. Si pudiese aunque sea ponerlo en palabras pero las palabras se me disparan y disipan, se me van de entre los dedos o la mente o de dónde salen las palabras. Y si pudiese volvería a empezar, pensaría una gran historia, una gran anécdota pero después no se qué decir. Es siempre todo tan más de lo mismo, tan distinto. Ya la verdad es que me siento en un no se qué lugar, sin tiempo ni espacio. Como un loco, sin tiempo ni espacio ni precisiones. Qué más se puede decir después de no haber dicho nada. Algo. Algo que repare en la nada inmersa que es la que vivimos. Y en dónde está el lugar ese en el que todos estamos, en ninguno de los lugares.

...................................................................................................

El aliento vital es lo que me separa de mis palabras. Las palabras son demasiado virtuales, demasiado inhumanas para nuestro cuerpo. El aliento vital es lo que nos eleva más allá de cualquier constelación terrena, seres orgónicos decían algunxs amigxs. Pero cómo, cómo, cómo revivir el aliento vital en la constelación terrena, en palabras de este mundo. Otro es posible. Lo sabemos.

......................................................................................................

Me fui. Estoy terminando. Voy llegando al punto y aparte. Pero qué problemas hay de abrir el juego a millones de voces, a millones de especies mutantes. Es tan loco y tan raro a la vez. Ver tanta gente y sentirse tan raro. Muy raro. Me voy yendo. Como quién llega, como quién está, como quién se va. Después de decir algo que a nadie le interesa demasiado.