lunes, 13 de febrero de 2012

Valentin se llama Leonardo

Me abrasaste antes de que me suba al colectivo. No nos dejábamos ir. El tipo que estaba adelante nuestro nos miraba con cara rara. Lo mismo de siempre: dos chicos besándose. Después escribiste esto y te creí. Son las dos de la mañana y todavía sigo hablando con vos. Amar nos hace fuertes. Hablamos por gtalk de la cena. Sin querer me llevaste a cenar fideos con pollo (y siempre nos acordamos de esos fideos con pollo de Tilcara, de los tamales, de los picantes de pollo). Te creo. Ahora partimos para Reta, las previas de los viajes con vos son hermosas. Tengo un proyecto y es con vos. Dedico mi vida a viajar con vos. Estar con vos es un viaje. Escribo entrecortado y es porque te tengo que responder. Los tiempos en internet apremian. Cada palabra tuya es un estallido de ilusión, fuegos artificiales. Como esos que tiraba Nico en año nuevo, allá en Salta. Vos hablabas con tu viejo y yo tomaba champagne. Unos tontos enamorados.

jueves, 9 de febrero de 2012

El duende

Tu duende tiene corazón de mantel. Cuando te vi la primera vez en Carlos Keen me di cuenta. Estaba con Belén y Marilina. En esa época yo tenía 17 años y me sentía (todavía me siento) un nene. Tocabas con Malossetti. Ahora, diez años después, me acuerdo que yo tenía pensado vivir para ser poeta, quería tocar el bajo en una banda, quería conquistar el mundo.
Me acuerdo que no podía entender cómo se te había ocurrido la canción "Cantata de puentes amarillos". Siempre me asombraste y cada palabra tuya era tan justa que moríamos de amor todos los que te escuchábamos.
García Lorca decía que a los artistas que tienen duende se les nota, aún cuando hagan cualquier cosa, que se puede tener todo: perfección en la improvisación, técnica, pero si no se tiene duende no se tiene nada. Tu duende tenía corazón de mantel y un guiño al ver que todo es verdad.
Te voy a extrañar, mucho, muchísimo. Desde ayer que no paro de escucharte y de decir "no se fue". Es terrible esta sensación. Hoy no me salen las palabras. Seguro que vos podrías haber dicho algo más inteligente pero es eso, ese momento en el que uno se da cuenta de que la gente crece, muere, vive, llora, todo con la misma intensidad.