lunes, 27 de mayo de 2013

¿Qué aportarías de nuevo?

Hoy es uno de esos días donde no se me ocurre nada nuevo. No ocurre tampoco nada nuevo. Esos días devastadores por su tranquilidad, el cero impávido. Me di cuenta de que lo que llego a imaginar, ya lo imaginaron otros, antes. Me siento medio idiota. Pensé en una relación entre un poema de Ruben Darío y uno de Delmira Agustini. Cuando leo un texto de Molloy me doy cuenta que tranquilamente mi ponencia podría haber sido ese texto de Molloy. Uno inventa la rueda todo el tiempo. Me pregunté: ¿Qué cosa nueva puedo agregar a este tema? Y me doy cuenta que nada, que era seguir hablando sobre lo mismo, diciendo lo mismo. 
A veces esto me da temor. Es una sensación de llegar tarde a las cosas. Creo que tiene que ver con esto de vivir en el campo, las cosas llegan tarde y uno piensa lo que otros pensaron cinco o seis años atrás. Pienso que uno no vive la experiencia de estar asediado por el mercado editorial, lee siempre los mismos viejos libros de siempre: Shklovski, Libertella, Viel Temperley, Rimbaud.... La lista es en verdad larga pero son siempre los viejos amigos que nos ayudan a seguir viviendo. ¿Qué puedo aportar yo a un debate de cultura, de literatura? Creo que nada. Siempre diré las estupideces que dos o tres tontos venimos repitiendo desde siempre. Es una sensación de hastío intelectual darse cuenta de que otros manejan la escena y hasta el iluminador, que ponen el foco donde quieren, cuando quieren. Una situación de hastío existencial me agarra cuando un profesor me dice: "¿Qué aportarías de nuevo?".

viernes, 24 de mayo de 2013

Marina, gata aristócrata

Mis semanas son vorágines. Hoy dormí todo el día. Vi el sol a las tres de la tarde. Llevamos a Marina por primera vez al pasto, saltaba como una liebre. Tenía miedo de pisar eso esponjoso y verde. Nos miraba con cara de pobrecita. Marina, nuestra gata, nuestra hija, está cada vez más grande. Se lleva mejor con Marcos. Con él tiene una relación amorosa (amor- odio), a mí me mira de lejos, con respeto. A la tarde dormimos la siesta juntos. Me desperté y ella sólo se bajó de la cama para comer, volvió a subirse y siguió durmiendo. Cuando llega Marcos es el desastre, se vuelve loca. Empieza a correr, a gritar, nos araña. Parece que la llegada de Marcos es la llegada de alguien que le va a traer diversión. Marcos se puso a jugar a la Wii y la gata miraba extasiada como las manos de él se movían de un lado a otro en el aire. Me la imaginaba pensando: "¿Serán pases mágicos?". Ahora, cansada de tanto hinchar, se tiró al lado de Marcos y duerme. En la televisión está Mario Bros saltando en tres dimensiones, yo me paseo de mi blog al facebook, del facebook a los diarios sin encontrar consuelo. A la noche vamos a comer empanadas que me regaló mi vieja. Marquitos dice que la gata es una india, a mí me gusta decir que es una Marina de pura raza: aristócrata, genuina. Su leche con comida para gatos se parece un poco a mi leche con cereales que me hago siempre a la una de la mañana, antes de dormirme.

jueves, 23 de mayo de 2013

Clases y esquizofrenia

Al jueves llego con lo que me queda. Como un auto cuando pierde nafta voy intentando terminar la semana. Es terrible andar de colegio en colegio rodando, es terrible dar clases particulares y explicar por enésima vez   las desventuras de Romeo y Julieta.
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Hoy tuve en clase particular a una prima segunda mía. Venimos desde hace un mes intentado llevar adelante prácticas del lenguaje de tercer año. Hoy hablé del teatro victoriano y de la sociedad isabelina. Ahí mismo me veía como Oscar Wilde pretendiendo ser honesto- ¿o era Ernesto?. Después repasamos las tramas textuales, la estructura argumentativa, los recursos poéticos. Una imagen de Girondo se me vino a la mente en el momento justo: "dos senos caminan por la calle". Era una sinécdoque.
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Una amiga, por facebook, me dice que el trabajo del profesor en las escuelas secundarias de Argentina es un trabajo plenamente esquizofrénico. Uno pasa de una realidad a la otra en menos de quince minutos. En un segundo estás en una "escuela modelo" y a los diez minutos pasás a un aula del barrio más humilde y olvidado. Le digo que tiene razón. Esa fragmentación mental del profesor, ese click instantáneo también nos da una agilidad, una cintura, que creo que en ningún país del primer mundo existe.
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Releo a Jaboco Fijman, ahora, que ya terminé mi hora de trabajo- trabajé arduamente desde las 9 de la mañana hasta las 18. Veo que él, esquizofrénico, se atrevió a decir todo lo que ninguno de los otros, en su época, se hubiesen atrevido. Si en esa época él pudiese haber tomado los medios de comunicación (pienso en La Colifata), tendríamos a un gran comunicador de masas a una reflexión de dimensiones sobre- humanas.

domingo, 19 de mayo de 2013

Retrato de Marina bebé

Marina, nuestra gata, tiene un mes y días. Nació el quince de abril. Tiene los ojos tristes y cara de melancólica. Es blanca con manchitas grises y debajo de la oreja derecha tiene una leve manchita color café - café cortado. Cuando tiene hambre maúlla y a veces recuerda cuando amamantaba y succiona nuestros dedos. Todavía no hace caca en la cajita de piedras y nos enchastra todo. Hoy me enchastró mi ojota blanca con su caquita. Le hicimos una cajita de zapatos con retazos de pulóver viejo pero ella no la usa. Ayer durmió en un almohadón que, azarosamente, se nos cayó de la cama. Todavía no sube a la cama y cuando la subimos mira desde arriba el piso y le da miedo. Le llaman mucho la atención los cables, lo que a mí me da un poco de miedo. Hoy me desperté a las seis de la mañana a ir al baño. Cuando volvía ya estaba prendida de su comidita. Después a las once, mientras tomábamos mates, comió de nuevo. El domingo se hace más tierno con Marina, nos sentimos padres y mientras la miramos nos damos besos. Nos ponemos contentos de nuestra criaturita. Nos alegra el domingo, lo hace diferente. Ahora duerme. Ya persiguió nuestras sombras y jugó con ellas.

jueves, 16 de mayo de 2013

La vida en la poesía

Hoy, mientras cortaba los bordes de grasa de la cuadrada para hacer unas milanesas, recordaba algo que Shklovski decía (cito mentalmente): "para sentir que la piedra es piedra es necesario el arte". Me parece un descalabro pensar que de ahí salió toda una teoría que muchos se la quieren adjudicar a él de que el texto es algo ficcional. Justamente, él está diciendo todo lo contrario: para sentir que la vida es vida, para sentir que realmente estamos vivos, que lo cotidiano no es tan cotidiano está ese segundo extático que es el arte o la visión del arte. Pensaba todo esto mientras hacía milanesas.
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Hace poco Romina Freschi me dijo que iba a salir mi ensayo "El cuchillo de Abraham" en una antología de la revista Plebella. Volviendo sobre ese texto pensé y repensé en un concepto que ahí acuñaba a fuego: experienciación. Pensaba en el valor de la experiencia en el arte. ¿Qué pasa entre el puño y la hoja? Decía yo - o creo que lo estoy parafraseando. Estar al filo, con la hoja filosa del cuchillo en la mano cortando la grasa de la cuadrada para hacer unas milanesas y pensar, repensar cuánto valor tiene la vida en la obra de un autor.
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Ahora, vuelvo a Marina. Pensaba que ella escribía incansablemente, violentamente, mientras cuidaba a sus hijos, limpiaba y salía a laburar. No había consuelo, segundo de descanso. Su quehacer era absoluto. Una entrega absoluta- dejarse a uno mismo, por lo otro, de lado.

martes, 14 de mayo de 2013

Martes 14

Día intenso. Seis horas de corrido de trabajo. Correr de un colegio a otro. Tratar de enseñar algo, sortear problemas, debatir con los alumnos, enojarse, desenojarse... Todo varias veces... Son catorce - infinitas- veces el mismo procedimiento. Son catorce -infinitas- veces el mismo sentimiento de caos y agitación.
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Llego a mi casa a las 15 horas. Preparo mates y tostadas con manteca. Subo al dormitorio. Marcos se hace el dormido y me causa gracia. Lo "despierto" con cosquillas. Nos ponemos a escuchar Elvis, de Elvis a Sandro, de Sandro a Leonardo Favio, de Leonardo Favio a Moris. En el techo no hay nada, hay solamente un techo. Marcos me abraza, yo lo abrazo.
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A las 17 30 Marcos sale para el curso, se va a estudiar. Llega el gasista justo cuando me dispongo a dormir una siesta. Golpea la pared para amurar el calefactor tiro balanceado. Siento que en mi cabeza reverbera el murmullo de los alumnos en los golpes para el calefactor tiro balanceado.
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Son las 19. El gasista sigue golpeando la pared- Another brick in the wall. Se escucha el metal del calefactor . Espero que esté en la etapa final- pienso. Pero los golpes se reanudan. Siento que voy a enloquecer de ansiedad en cualquier momento. Desfallezco. Me siento como la mujer del vestido de terciopelo cuando Casilda le va agregando alfileres- muñeca voodo de la modernidad.

domingo, 5 de mayo de 2013

Día Internacional de los trabajadores


Cuando compramos cosas no nos damos cuenta de todo el trabajo que esas cosas tienen detrás. Un simple objeto puede pasar por un montón de procesos y de manos antes de llegar a nuestro consumo. Pero esto no es una historia de las cosas sino del trabajo que hay detrás de ellas. El primero de mayo se festeja el día internacional de los trabajadores. Y mi pregunta es: ¿Alguna vez se pusieron a pensar que todas las cosas que utilizamos, desde un lápiz hasta una compleja computadora, tienen un proceso de producción? No sólo eso. Esas personas que están ocultas a nuestras miradas también tienen derechos.
Sin embargo, hoy en día, en muchos países no se cumplen. En China o en India, por ejemplo, vemos que muchas fábricas aún hoy contratan menores de edad para utilizarlos como mano de obra barata. Son los nuevos esclavos del siglo XXI: construyen esas radios, juguetes a pilas, ropa que vemos en oferta en cualquier local de chucherías.
En el siglo XIX, 500.000 empleados de todas las fábricas de Chicago (Estados Unidos) fueron masacrados por reclamar una jornada laboral de 8 horas. Ellos trabajaban 18 horas al día… ¿Saben lo que es trabajar 18 horas al día? Le restaban sólo 6 horas para dormir. Muchos vivían dentro de las fábricas con sus familias, amontonados y ni siquiera tenían un médico que los cuidara de todas las enfermedades que ahí contraían. Debido a esa masacre se celebra el día internacional de los trabajadores.
El valor del trabajo, no sólo como mano de obra en las planillas de contaduría, sino como un ser humano que vive, siente y tiene necesidades individuales debe ser revalorizado en el mundo. Hoy vemos por televisión que Europa está pasando una de las crisis más graves desde el crack financiero de 1930. España, por ejemplo, tiene a un cuarto de su población sin trabajo. En Grecia casi el setenta por ciento de la juventud no estudia, porque allá estudiar no es gratuito, ni tiene trabajo para pagarse los estudios.
Frente a esta situación: ¿Qué hacemos nosotros? ¿Cómo nos paramos para transformar esta realidad que nos acecha? ¿Acaso ganaron algo los trabajadores en cuanto a que se valore su humanidad o se sigue valorando cada vez más a los objetos pero menos a los que hacen esos objetos?
Una nueva forma de pensar tiene que nacer de nosotros, una nueva forma de consumir, pensando en el medio ambiente y en el hábitat humano. Seguir una vocación, ser fiel a lo que uno cree es necesario para que nuestro ámbito de estudio, de trabajo y de recreación sean ámbitos dignos de ser vividos. Y es que de eso se trata, de la dignidad que le da a un ser humano un trabajo donde se lo respete, donde pueda crecer, donde pueda cumplir sus expectativas personales.
El trabajo debe ser, también, revalorizado en su integridad. Como parte de un engranaje social más amplio ¿O acaso las zapatillas que llevan puestas no fueron confeccionadas por alguien? ¿Y si esa persona no trabajaba? ¿Quién las hacía?
Entre los electrodomésticos y los celulares de nueva generación nos olvidamos del trabajo que lleva el sembrar una simple planta de tomates y esperar, ansiosos, a que crezca. Todo el proceso lento que es el proceso de la siembra, el cuidado y la cosecha. Valorar a los trabajadores es también valorar a todos aquellos que ponen su saber día a día en el aula y que de a poco van sembrando dudas, curiosidades en los alumnos para transformarlas en nuevos saberes o, mejor aún, en dudas más complejas.

sábado, 4 de mayo de 2013

Pasternak y las organizaciones

Pienso en la organización.

Hay palabras que me dan miedo, quizás por el doble sentido que reflejan: militancia, que por un lado refleja a un pibe militando en un partido político pero por el otro habla de militares, deriva de militar; y otra es organización, que puede tomarse en su lado de organizarse en un partido político pero también puede llevar a tener un orden total de la vida, como si uno fuese un autómata que tenga el poder de decidir sobre todos los aspectos de sus quehaceres. Hay algo en esa palabra que nos lleva a la obsesión: "organizo toda mi vida", "tengo todo el día organizado", "soy muy organizado en todo lo que hago".

Una tercera acepción de organización es cuando hay organizaciones que tienen estructuras totalmente verticales, una empresa por ejemplo. Recuerdo que cuando iba al secundario tenía una materia que se llamaba "Teoría de las organizaciones" y veíamos el organigrama de una empresa y cómo los de más abajo debían ser pisoteados por los gerentes y los de más arriba de ese cuadrito con flechitas.

Boris Pasternak en un discurso a la asociación de escritores soviéticos lo único que llego a gritar, antes de que lo bajaran del estrado a las patadas, es "NO SE ORGANICEN". El escritor nunca debe estar organizado para ser un escritor íntegro.

¿Quién velará por esos escritores que no se ponen bajo ninguna bandera, que viven en el campo sin arar, defendiendo lo indefendible, por siempre, para siempre, contra todos?