sábado, 1 de junio de 2013

En otra parte

Sentirse afuera de todo. Fuera de todos los presupuestos. Mi único lugar es el espacio simple que armo día a día con Marquitos. Nuestra casa es como un mundo de fantasía donde no entran todas las opacidades del mundo. Con una mano acaricio a Marina, con otra escribo. Marina muerde levemente mi mano. Creo en ese espacio que inventamos los tres, en nuestro departamento. Afuera: las peleas simbólicas, las personas que se quejan, las mentiras, las pujas de poder. Adentro: un espacio que habitamos con alegría, con sencillez, al costado de todo eso oscuro que muchas veces arremete.
......................................

Encontrar el amor en una época de odio desmedido, donde la gente sólo se ocupa de escalar espacios de poder, donde todos están peleando por ver quién es más que quién. Encontrarnos al borde de todo eso: mis libros, mi gata, Marquitos, la cama y yo. Me encuentro en la poesía antigua: en Mallarmé, en Verlaine. Me encuentro en Fulcanelli y sus intervenciones simbólicas. Un misterio de catedrales. La catedral que nosotros construimos tiene un rosetón redondo y dorado. Es nuestro amor a la vida, a nosotros.
.......................................

Más allá de todas las teorías, está el cuerpo que siente. El de todos los días. Marquitos ayer hizo una pastafrola. Hoy desayunamos con mis viejos y la comimos. La vida está ahí, siempre en otra parte. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario