lunes, 27 de mayo de 2013

¿Qué aportarías de nuevo?

Hoy es uno de esos días donde no se me ocurre nada nuevo. No ocurre tampoco nada nuevo. Esos días devastadores por su tranquilidad, el cero impávido. Me di cuenta de que lo que llego a imaginar, ya lo imaginaron otros, antes. Me siento medio idiota. Pensé en una relación entre un poema de Ruben Darío y uno de Delmira Agustini. Cuando leo un texto de Molloy me doy cuenta que tranquilamente mi ponencia podría haber sido ese texto de Molloy. Uno inventa la rueda todo el tiempo. Me pregunté: ¿Qué cosa nueva puedo agregar a este tema? Y me doy cuenta que nada, que era seguir hablando sobre lo mismo, diciendo lo mismo. 
A veces esto me da temor. Es una sensación de llegar tarde a las cosas. Creo que tiene que ver con esto de vivir en el campo, las cosas llegan tarde y uno piensa lo que otros pensaron cinco o seis años atrás. Pienso que uno no vive la experiencia de estar asediado por el mercado editorial, lee siempre los mismos viejos libros de siempre: Shklovski, Libertella, Viel Temperley, Rimbaud.... La lista es en verdad larga pero son siempre los viejos amigos que nos ayudan a seguir viviendo. ¿Qué puedo aportar yo a un debate de cultura, de literatura? Creo que nada. Siempre diré las estupideces que dos o tres tontos venimos repitiendo desde siempre. Es una sensación de hastío intelectual darse cuenta de que otros manejan la escena y hasta el iluminador, que ponen el foco donde quieren, cuando quieren. Una situación de hastío existencial me agarra cuando un profesor me dice: "¿Qué aportarías de nuevo?".

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