miércoles, 3 de agosto de 2011

Al ver verás

Hay un taller de perforaciones de agua potable y servicios agroindustriales que tiene este nombre. Es el taller de mi viejo, Eduardo Massone. Pero el nombre tiene la historia de mi abuelo también encima. Mi abuelo era herrero y hacía millones de trabajos por todo el país. Tenía el taller a tres cuadras de mi casa, donde nació y creció mi mamá. Mi abuelo, Victor, era un payaso pero esos payasos payasos. Eso es, por lo menos, lo que me cuentan. Buscando por internet me encontré que en Mar del Plata existe un club atlético Al ver verás y algunas personas me dijeron que la frase es un versículo bíblico. Anda a saber de qué lugar. También, existe la canción de Spinetta que se llama así y un parador al costado de la ruta 2, camino a Mar del Plata. Es increíble que uno encuentre tantas relaciones con un solo nombre, un nombre que viene de familia. Así como cuando uno encuentra que ciertas personas que uno le tiene mucho afecto están en algún lado de la madeja familiar. Más que un árbol genealógico, a veces uno construye un rizoma una red genealógica, donde los lazos son mucho más raros de lo que uno cree. Esto podría ser una historia pero es más que eso, es como un caminar por varios apellidos, nombres: Griffini, Massone, Magadán, Ferrario…. Uno va surfeando por esos apellidos y encuentra actitudes que nos asombran y que vemos en nosotros mismos. Mi abuela, la última vez que la fui a visitar, se puso en pedo con una fanta, decía “está fuerte el licorcito”. Según una amiga: “le pegaron las burbujas”. A mí también ya me pega todo y veo la vida con mi fasito interior encendido. Digo no a cualquier tipo de droga, a cualquier tipo de tranza. No tranzo. Vivo surfeando imaginaciones de gente enrarecida, enloquecida y miro el paisaje para sentirme bien. Miro el sol y me enciendo un cigarrillo, mi única adicción, para no perder la costumbre… En mi casa hay plantas de ajíes puta parió, albahaca, ajenjo, pajaritos, romero, ruda macho y hembra y en la puerta hay unas flores que parecen orquídeas. Comemos higo de tuna, mermelada de zapallo, jalea de membrillo, arroz con leche, guisos. Vivo de fiesta y siempre, después del almuerzo, me tengo que hacer un cafecito o una pava de mate. Creo en la vida, en la sensibilidad, en mi familia y poder construir una familia con el chico más lindo del universo, un príncipe azul que me lleve a todos lados, que me haga reir y llorar, y todo al mismo tiempo. Soy Susanita, pero en varón. Arroz con leche, me quiero casar con un señorito que me haga jugar, sin drogas, sin anfetas, sin halopidol, simplemente con la risa clara y pura de un niño pero grande y fuerte. Eso es lo que quiero. Eso es lo que necesito. Eso es la falta…. Lo demás es puro chanchullo para pasarla bien.

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