viernes, 15 de junio de 2012

vida en minúscula

Vuelvo de Capital a Luján a la madrugada. Llevo conmigo dos revistas Plebella 25, una biografía sobre Arthur Rimbaud, una colección Color Pastel y un regalo de Romina. No duermo en todo el viaje. Es imposible dormir. Muchas cosas. Ayer encontré puntos de contacto con algunas personas. Mónica me dijo que el problema es que Venus no está en su sitio. Lo mío es más terrenal pero le creo igual, puede ser una de tantas cosas que pasan. Miro por la ventana del colectivo y veo como me voy convirtiendo en tierra adentro, en llanura. Las casas se van haciendo cada vez más bajas hasta desaparecer por completo. No puedo leer, el colectivero apagó la luz. Cuando llego a Luján todo es desolación, un auto pasa a lo lejos, escucho el ruido. Abro la puerta de mi casa, enciendo la computadora. Nadie en ningún lado. Son las tres de la mañana y me encuentro completamente solo. El mundo duerme allá afuera.

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