lunes, 13 de febrero de 2012

Valentin se llama Leonardo

Me abrasaste antes de que me suba al colectivo. No nos dejábamos ir. El tipo que estaba adelante nuestro nos miraba con cara rara. Lo mismo de siempre: dos chicos besándose. Después escribiste esto y te creí. Son las dos de la mañana y todavía sigo hablando con vos. Amar nos hace fuertes. Hablamos por gtalk de la cena. Sin querer me llevaste a cenar fideos con pollo (y siempre nos acordamos de esos fideos con pollo de Tilcara, de los tamales, de los picantes de pollo). Te creo. Ahora partimos para Reta, las previas de los viajes con vos son hermosas. Tengo un proyecto y es con vos. Dedico mi vida a viajar con vos. Estar con vos es un viaje. Escribo entrecortado y es porque te tengo que responder. Los tiempos en internet apremian. Cada palabra tuya es un estallido de ilusión, fuegos artificiales. Como esos que tiraba Nico en año nuevo, allá en Salta. Vos hablabas con tu viejo y yo tomaba champagne. Unos tontos enamorados.

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