Hay sensaciones que hacen volver un tiempo. Pensar "¿y si tomamos un helado?" y llevarlo a la práctica es síntoma de un tiempo que empieza. Remeras mangas cortas, bermudas, medias cortas y finitas. Ese tiempo donde el día se vuelve más largo, con más actividades. Septiembre es un baño de magia. Los brotes se hacen notar, brotes pequeñísimos (esa palabra tan Juan L. Ortiz, pequeñísimo). El quedarse hasta tarde despierto no es una tortura al cansancio y al frío, aunque alguna breve brisa nos haga recordar que todavía el invierno no se fue....
Así estoy con vos, en ese espacio de transición donde algo se entierra (una pequeñísima parte de uno se va con uno) para empezar a brotar otras cosas de uno mismo, levemente, sin apuros...
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