Miro mis ojos en tus ojos. Verde sobre negro. Abrazo la almohada y pienso cuánto tiempo más tengo que esperarte (él que me espera sos vos). ¿Por qué el tiempo nos delata, a veces, y nos sentimos que vamos ocupando un espacio que parece no ser nuestro? Relatos de un lado que no es el mío. Quisiera ser más así ¿Sabés?Pero no puedo... Y siempre sale un reproche sobre mí mismo ¿Nos separamos para nombrarnos? ¿O solamente jugamos a la distancia para vernos más de cerca? No podemos despegarnos, somos siameses de alma. Mis pies están fríos, es otoño y se siente ese entretiempo que no es la frialdad absoluta. Necesito que estés entre todo lo que voy siendo. El río es el mismo y es otro, lo sagrado está en las transformaciones. El amor es sagrado.
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Tres tipos de personas soy pero ninguna de ellas me define. Mi nariz ganchuda puede simbolizar millones de cosas, según la frenología o la mirada de una gitana supersticiosa. No creo que mi predestinación sea la correcta. Para algunas personas soy determinadas cosas. Soy algo. No veo la vida como una comedia pero tampoco soy un lagrimal ardiente. Vi muchas cosas. Olfateé. El tacto me muestra ese mundo que es tuyo, ninguno.
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Él me mira y sabe que yo soy diferente a él. Si nos reconocemos en nuestras cosas somos dos distantes cercanos. Forma transparente de vivir en lo complejo y cambiante.
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