Discúlpenme, no soy un terrorista. Bajo música y películas por internet. Pago la factura de mi tarjeta de crédito todos los meses. De vez en cuando hago gimnasia.
Discúlpenme pero no puedo ser todo lo que ustedes desean. No puedo ir a comulgar todos los domingos. No puedo hablar de Dios y decir santas alabanzas. Tampoco puedo matar... Tampoco puedo matar...
Discúlpenme pero voy a intentar salir por esa puerta a jugar. No estoy para discursos ofensivos, para grandes ideas. Las mayúsculas las dejo solo para cuando empieza una oración. Después de un punto seguido o un punto y aparte.
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